¿El conflicto limítrofe entre Perú y Colombia por la isla Santa Rosa afectará a la economía peruana y sus industrias?

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La tensión se ha incrementado durante los últimos días por un conflicto limítrofe entre Perú y Colombia por la isla Santa Rosa, ubicada en Loreto para el gobierno peruano, que incluso ha creado el distrito con el mismo nombre en julio pasado, pero en suelo colombiano según el presidente Gustavo Petro. Esta controversia diplomática también ha puesto sobre la mesa los posibles efectos económicos que puede tener para la economía peruana y sus diversas industrias.

“En el corto plazo, el conflicto limítrofe tiene un impacto económico marginal sobre la economía peruana. La zona en disputa es principalmente un punto estratégico en la navegación amazónica, con un comercio local de baja escala en comparación con el peso que tienen la minería y las exportaciones en el PBI de Perú. Sin embargo, sí puede generar ruido reputacional y aumentar la incertidumbre en el comercio fronterizo, el turismo fluvial y ciertas actividades logísticas en la triple frontera”, señala Eduardo Ramos, analista de VT Markets, quien también hace un análisis del crecimiento económico de ambos países durante los últimos años.

“Si miramos la última década, ambos países han mostrado ciclos de expansión y desaceleración, pero en promedio Perú ha mantenido un crecimiento más estable y en 2024–2025 se proyecta mejor posicionado gracias a su sector minero y a una recuperación más firme tras la pandemia. En materia fiscal, Perú destaca con un déficit controlado, en torno al 2.2–2.7 % del PBI en 2025, respetando su regla fiscal. Colombia, en cambio, enfrenta un déficit cercano al 7.1 % y una suspensión temporal de su regla fiscal, lo que reduce su margen de maniobra y eleva su costo de financiamiento”, indica Ramos.

Según el análisis de VT Markets, Perú ha logrado mantener la variación de precios dentro del rango meta del Banco Central en la inflación (1–3 %), mientras que Colombia todavía lucha con tasas más elevadas, cercanas al 5 %. En cuanto a diversificación productiva, Perú sigue concentrado en minería, aunque el agro no tradicional gana terreno. Por su parte, Colombia presenta una estructura más balanceada entre energía, agro y servicios, lo que le da mayor resiliencia ante shocks específicos de un sector. En atracción de inversión extranjera directa, Colombia ha registrado volúmenes más diversificados en la última década, mientras que en reservas internacionales Perú mantiene una posición más holgada, lo que fortalece su estabilidad cambiaria y financiera.

“Si comparamos las exportaciones, Perú lidera en volumen gracias a la minería -especialmente el cobre-, pero con fuerte concentración en pocos productos y destinos (principalmente China). Colombia, aunque con menor volumen total, exhibe una canasta más variada que incluye hidrocarburos, café, flores y servicios. Finalmente, el conflicto fronterizo tiene un efecto económico acotado para Perú, el país mantiene fundamentos fiscales y monetarios más sólidos que Colombia”, manifiesta Ramos.

Los aranceles de Trump al cobre no tienen mayor efecto en Perú

Desde el 1 de agosto se implementó el arancel del 50% a los productos semiacabados de cobre impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que causó preocupación, pero que no tiene mayor impacto en el país incaico. Además EE.UU. no es uno de los mercados más importantes de cobre para Perú, donde sí resalta China (74.2%), Japón (6.0%) y Alemania (3.6%).

“El cobre representa un 30.5% de las exportaciones totales de Perú en el primer cuatrimestre de 2025. El nuevo arancel impuesto por Trump a ciertos productos de cobre en EE. UU. no debería tener un impacto significativo, ya que el mercado estadounidense no es un destino prioritario y los productos refinados que exporta Perú no están incluidos en la medida actual. El efecto sería más indirecto, vía ajustes en los precios internacionales o cambios en flujos comerciales hacia EE. UU.”, dice Eduardo Ramos de VT Markets.

Finalmente, VT Markets señala que en el mercado global, el cobre se encuentra en un equilibrio frágil. La oferta enfrenta interrupciones en minas relevantes de Chile, mientras los inventarios en la LME han comenzado a aumentar. Este tira y afloja podría mantener el precio en un rango de US$ 9,300–10,000 por tonelada en las próximas semanas, con movimientos sensibles a cualquier noticia sobre oferta minera o estímulos económicos en China.

 

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