Cobre marca nuevo máximo histórico ante previsiones alcistas de Citi y retiro masivo de inventarios en EE.UU.
El precio del cobre volvió a batir un récord al escalar hasta los US$ 11,662 por tonelada, impulsado por una combinación de expectativas alcistas de Citigroup Inc. y señales de posible escasez asociadas al fuerte acopio del metal en Estados Unidos. En la jornada, el cobre avanzó alrededor de 1,9%, superando el máximo registrado a inicios de la misma semana y consolidando un rally que ya supera el 30% en lo que va del año en la Bolsa de Metales de Londres (LME).
En un informe reciente, los analistas de Citi proyectaron que el cobre podría promediar US$ 13,000 por tonelada en el segundo trimestre, bajo un escenario base donde el almacenamiento en Estados Unidos absorbe una parte importante de la oferta disponible, empujando a otras regiones hacia un déficit de suministro. El banco de inversión señaló que mantiene “alta convicción” en un ciclo alcista del cobre hasta 2026, apoyado en un entorno macroeconómico más favorable y en fundamentos sólidos de demanda.
Entre los factores que respaldarían este repunte, Citi mencionó una expansión de 2,5% en el consumo global de uso final en 2026, sostenida por un contexto de tasas de interés más bajas, mayor gasto fiscal en Estados Unidos, procesos de rearme en Europa y el avance de la transición energética, donde el cobre es insumo crítico para redes eléctricas, construcción, vehículos eléctricos y otras tecnologías.
El reciente movimiento de precios también está relacionado con crecientes temores a una futura escasez fuera de EE.UU. El mercado observa con atención la fuerte salida de metal desde depósitos de la LME hacia ese país, en previsión de posibles aranceles de importación el próximo año. En ese contexto, se conoció que la comercializadora Mercuria Energy Group Ltd. ordenó retirar del sistema de la LME un volumen de cobre valorizado en torno a US$ 500 millones, reforzando la percepción de que el mercado podría enfrentar tensiones de oferta en otros puntos del globo.
A este escenario se suma el diagnóstico de BloombergNEF, que anticipa que el mercado del cobre entrará en un déficit estructural desde el próximo año, con una brecha entre oferta y demanda que se ampliaría a lo largo de la próxima década. El informe atribuye esta tendencia a una demanda sostenida y a una capacidad de producción limitada, en un contexto donde nuevos proyectos de gran escala son cada vez más difíciles y costosos de desarrollar.
Sin embargo, no todas las casas de análisis comparten el mismo grado de optimismo. Macquarie Group advirtió recientemente que, si bien el metal podría seguir marcando nuevos máximos y manteniendo una alta volatilidad, precios por encima de los US$ 11,000 la tonelada no serían sostenibles en el tiempo, dado que el mercado global “no se encuentra físicamente tan ajustado” como sugeriría el rally. Los analistas liderados por Peter Taylor recordaron que los inventarios en bolsas internacionales superan las 656,000 toneladas, el nivel más alto desde 2018, con cerca del 60% almacenado en depósitos bajo Comex en Estados Unidos.
En una línea similar, Goldman Sachs llamó a la cautela a inicios de semana, al señalar que no espera una verdadera escasez de cobre antes de 2029, pese al contexto de mayor demanda estructural.
Al cierre de la mañana en Londres, el cobre se negociaba en torno a US$ 11,604 por tonelada a las 11:01 a.m., en un mercado donde los inversores siguen de cerca la tensión entre dos narrativas: la de un superciclo impulsado por la transición energética y la de un mercado que, por ahora, aún dispone de inventarios significativos pero se encamina hacia un equilibrio cada vez más frágil.
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